De repente ahí estaba yo, sin hacer nada constructivo y de provecho con mi tiempo, perdida por telarañas de musarañas a lo mosquito aventurero y/o sumamente aburrido. Ni que decir tiene que ese era un momento tan bueno como cualquier otro para que la inspiración llegara. Podría haberme sorprendido con una visita espontánea, me habría hecho bastante ilusión la verdad. No hacía falta que trajera flores ni nada, a mí esas cosas me sobran, y yo con su presencia ya me daba por satisfecha.
Ja.
El momento pasó y mi puerta no recibió knock alguno. Lo cierto es que tampoco tenía por qué llamar, yo a ella le permito esa clase de confianzas.
6 comentarios:
Tu no escibes mucho sobre lo poco que escribes?
tanto que hasta tengo un post repetido
El redundante poste de la reluciente armadura.
no ese no, este mismo esta tb en septiembre
Que pijo te ha quedado eso de "mi puerta no recibió knock alguno" (lagrima cae por la mejilla, desesperación...)
Aquí hay muchos anónimos hoy que vengo yo dando la cara...
Me he roto una uña, Dessest.
Es cierto, he ido a septiembre y allí estaba este mismo escrito.
Mal por mi parte el no haberlo leído (que más bien creo q es q no lo recordaba) y mal por la tuya por la no-novedad.
coooonal
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