miércoles, 25 de mayo de 2011

Spanish revolution


La tierra sufre convulsiones y a su alrededor la gente se estremece presa de un súbito temor. Caras con determinación, con serenidad, que unos ojos brillantes de pánico traicionan. Lentamente, de uno en uno primero y en pequeños grupos más tarde todo el mundo se sienta. Brazos que se extienden, manos que se entrelazan. Y ojos que se cierran. Pero la cabeza jamás permanece gacha.

Ya los sienten acercarse con firmeza, la tierra vuelve a convulsionarse, esta vez de forma amenazadora. Abre los ojos un instante y lo ve frente a ella, un casco de plástico reluciente de arañazos y rallones recuerdos de otras batallas en las que la tierra se estremeció igual que lo está haciendo hoy. Cuando se extiende su campo de visión alcanza a ver un objetivo enorme apúntandola mientras quien lo sostiene hace estallar pequeños haces de luz muy seguidos.

Nota un pellizco muy violento en el brazo y luego una mano que retuerce la suya y que la obliga a levantarse, del sobresalto no recuerda ninguna de las recomendaciones que recibió para este momento. Finalmente la obligan a levantarse no sin antes llevarse un buen golpe que la desconcierta y la espabila a la vez. La resistencia pacífica ha acabado.

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