miércoles, 3 de junio de 2009

Hace un rato que me he dado cuenta de su ausencia. Su marcha me ha provocado la más terrible de las angustias y, como una vulgar yonki, he tenido que recurrir a la evasión para poder soportar el dolor que comenzaba a atenazarme por dentro. Soñadora comencé a evocar sus atractivas formas, las sinuosas líneas que momentos antes habían recorrido mis asombrados ojos. La maravillosa elegancia de sus ágiles y danzarines movimientos y en resumen, su gracioso y esbelto porte. Hasta que un destello de descuidado revoloteo atrajo mi atención hacia la ventana. Esta vez se trataba de un saltamontes bailarín, cuyo provocador balanceo me invitaba a abrir la ventana y sin poder evitarlo allá se dirigió mi mano. El susodicho galán saltó hacia dentro encaramándose a mi escritorio, donde me miró orgullosamente. Yo le devolví la mirada, y él, consciente de mis antenciones, se puso a saltar ladeado con una altanería que nada hubiera envidiado al rey del rock. Subyugada me encontraba ya bajo el hechizo de sus movimientos cuando se oyó un zumbido cercano. Ambos dirigimos los ojos al exterior y allí estaba ella, una araña gorda y de voluptuosas formas que correteaba coquetamente sobre su telaraña, en la cual había apresado un mosquito que se me antojó muy familiar. En ese instante me di cuenta, ¡el anterior inquilino de mi ventana! El que tanto dolor había dejado tras su paso se hallaba ahora, por caprichos del aire primaveral y de una gorda multipatas a las puertas del exterminio. Cansada de tantas desventuras y sentimientos que no llevaban a ninguna parte, cerré la ventana con fastidio, justo a tiempo de pillar en el marco al saltamontes rompecorazones y a la gorda putona que se disponían a fugarse juntos. Tras esto deshice la telaraña con desgana y ésta y su ocupante fueron a caer al cubo de la fregona que había en el patio. Ni siquiera le dediqué un último vistazo a los cuerpos esparcidos ni un sentimiento de culpa por el crimen desapasionado que acababa de cometer.

La primavera es así, espachurra sentimientos, provoca estornudos incontrolables y te irrita los ojos. Pero es flor de un día.

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