martes, 30 de marzo de 2010

Circo



Nunca había pensado, hasta que volví a traspasar aquella puerta de hierro y cristal -ahora nueva- que llegaría a gustarme volver a semejante lugar. No me sentí cómoda, en absoluto, porque en todos los años que pasé ahí siempre me sentí fuera de lugar. No encajaba, no lo había hecho nunca y menos ahora, cuando la parte de mí que estaba deseando explotar cuando me fui estaba en su máximo esplendor.

Que nadie piense en esa arrogancia de los hermanos/as mayores cuando van a recoger a los "enfermos". Tampoco la prepotencia de antiguos alumnos que van a saludar a antiguos profesores. Ambos personajes lo miran todo desde arriba con una sonrisa triunfal, porque ya han "superado" toda esa etapa, porque están por encima de todo eso que ya "saben". Siempre me encantó observar la fauna y flora que habitaba mi instituto, se les podía meter fácilmente en una categoría a casi todos y con el 90% de los casos no te equivocabas, todos cumplían a la perfección el papel que representaban, aún teniendo en cuenta que todos eran -a su pesar- humanos.
Y era fijándome en esa parte de cada individuo, su parte humana, (la que los igualaba a todos y que, sin embargo, los hacía diferentes) en la que reconocías sus pequeños gestos, sus expresiones forzadas, su papel en el grupo, incluso sus más evidentes deseos.

Las miradas de las chicas se escapaban más que de vez en cuando hacia alguno de sus congéneres, quienes se daban por no aludidos, pero sin poder evitar a su vez, otras tantas miradas furtivas mientras se hacían los interesantes. Órdenes de las líderes hacia sus subordinadas, a quienes veías luego amotinadas en los baños o escribiendo en ellos con la satisfacción escrita en la cara.

Me estoy desviando, quiero decir que todo esto podía verlo con sólo mirar a cada persona por separado, como una persona, tan simple como eso. Y me encantaba, me encantaba curiosear sus gestos, sus expresiones y sus miradas.


Por eso cuando volví fue como recuperar mi lupa otra vez, y pude ser espectadora del despliegue de roles que representaban, de su manera de moverse y andar. Vi tres amigas que echaban a pares-y-nones cuál de las tres llamaría primero a una puerta para hablar con un profesor, vi un exgallo de pelea con las plumas manchadas de cemento en polvo y restos de arena, pasearse muy ufano una y otra vez, pasillo arriba, pasillo abajo -me hizo mucha gracia darme cuenta unos días después de que era para llamarme la atención- y vi la felicidad, la felicidad pasó delante de mí, con mochila de Casillas a los hombros y una cara muy seria y un andar solemne pero que irradiaba libertad por todos sus poros y daba unos pasos decididos y rápidos, como temiendo que alguien lo cogiera del hombro antes de alcanzar la ansiada puerta.

No fue hasta entonces, hasta que vi ese pequeño personaje conseguir su escapada, cuando me di cuenta de lo mucho que había echado de menos poder mirar divertida y curiosa a las vidas de aquellos proyectos de ciudadanos, de esa miniatura de la población que, sin embargo, representaba demasiado bien y antes de tiempo lo que ocurría fuera.

Sólo que ahí las reglas son otras, y en el mundo en el que viven y el mundo real distan enormemente en los roles que cada actriz y actor interpretan, si bien los valores que se tienen en cuenta duran siempre, el valor de cada persona no se mide por su aspecto, sino por lo que puede ofrecer al resto de la sociedad, y algo tan efímero como la belleza o el desparpajo no es práctico para que se cultive con tanto empeño que se descuide la propia persona.










Tristemente, en un lugar en el que debería reinar la cultura, y el desarrollo del yo, se le da más importancia al desarrollo del "quetedigan" que al del "yopienso". Un sitio en el que la opinión propia y el aprendizaje no se valoran, en el que los estudiantes no son más que cintas regrabables con una memoria a cortísimo plazo, no se parece en nada a un centro de ENSEÑANZA.


Claro que esto es solamente mi opinión, y ¿a quién le importa si no puede subrayarse para repetirla como un loro?


Pues bien, aquí tenéis vuestra galleta:



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