miércoles, 5 de enero de 2011

And again, maybe I'm stupid

Contempló su pálido rostro en el espejo. Unos ojos hundidos y tristes le devolvieron una mirada cansada, enmarcados por una larga melena negra que bajaba por los hombros medio palmo y por detrás seguía la espalda hasta la mitad. Fue fijándose en sus rasgos, intentando retenerlos en la memoria por última vez. No le gustó mucho lo que el cristal le devolvía. Estaba cansada, cansada de ser siempre la misma y sobre todo de intentar cambiar de forma y ya estaba harta, no funcionaba, nunca lo hacía, no como ella quería. Desvió ahora sus ojos hacia un pequeño objeto brillante, metálico y puntiagudo que se había llevado consigo al baño antes de encerrarse a solas con su reflejo.
Lo cogió con decisión, agarrándolo fuertemente para demostrarse a sí misma que podía y hacer notar su determinación, era lo mejor y la única salida, se dijo, cortaría por lo sano y pronto el problema habría acabado. Cerró la mano izquierda en un puño con fuerza, hasta clavarse las uñas en la palma de la mano y con la derecha, algo temblorosa comenzó a cortar. Sorprendida notó que no le dolía, pero en ese momento no podía sentir dolor, al contrario sintió una sensación de…libertad. Siguió cortándose, notando, lentamente como uno a uno, los hilos que la mantenían atada se rompían, haciéndola cada vez mas ligera. Hasta que se acabó.
Soltó las tijeras de improviso, sintiéndose repentinamente vacía y débil, respirando entrecortadamente y abriendo mucho los ojos, como dándose cuenta por primera vez de lo que acababa de hacer. Pero ya no había vuelta atrás. Un nudo en su garganta crecía hasta ahogarla y nublarle la vista, aún resonaba en sus oídos el eco de las tijeras chocando contra el mármol. Notó como las fuerzas la abandonaban y se sujetó como pudo entre espasmos con sus temblorosas manos manchadas al lavabo. Al dirigir su mirada hacia abajo lo vio todo lleno de aquello. Giró la cabeza y vio caer desde su hombro lo que había estado siempre allí, como en una película a cámara lenta, un gran puñado de mechones de pelo negro descender suavemente hasta posarse en el suelo.













A mis más fieles seguidores, antiguos de fotolog, les sonará este texto. O puede que no les suene, no sé si se acordarán (en realidad no sé por qué hablo en plural porque de aquellos días solo una persona me sigue ahora en blogspot y a lo mejor ni siquiera lee esto). El caso es que este texto existió hace ya mucho (dos años y pico) y era uno de mis preferidos -por aquel entonces no tenía la maravillosa habilidad para expresarme por escrito de la que ahora me avergüenzo presumo.
Pero para qué engañarnos, sigue siéndolo. Y con esto quiero avisar, volveré a poner textos del fotolog que me gustaron y de los que me sentí orgullosa porque...siendo sinceros, no he mejorado mucho.

Además, ¡este me venía al pelo! (Lo sé..podéis abuchearme)

2 comentarios:

Lara dijo...

me encantó, realmente es genial (: un abrazo!

Sophie dijo...

Muchas gracias por leerme y comentarme. Me alegro mucho de que te guste.
Un saludo! ;)